Uno de los art covers más recordados y conocidos de toda la discografía de The Grateful Dead es el del segundo álbum doble en vivo, el homónimo The Grateful Dead, más conocido entre los fans del grupo como Skull and Roses o Skull Fuck. La tapa del mencionado disco muestra a un esqueleto con rosas en la cabeza, dibujo que fue responsabilidad de Stanley Mouse y Alton Kelley, dos artistas que eran seguidores del grupo.
Para encontrar inspiración, la dupla solía dirigirse a la Biblioteca Pública de San Francisco para examinar libros de arte y carteles raros y en 1966 fueron elegidos como los encargados de hacer un cartel para un show que la banda daría en el Avalon Ballroom en septiembre. Una vez que fueron seleccionados para la tarea, Mouse y Kelley regresaron a la biblioteca y se toparon con The Rubaiyat, el libro de poemas del siglo XI escritos por el matemático, astrónomo y poeta persa, Omar Khayyam, que luego fue traducido al inglés por Edward Fitzgerald.
La edición con la cual se encontraron los artistas, que data de 1913, contenía ilustraciones del artista británico Edmund Joseph Sullivan, y entre ellas se encontraba un dibujo en blanco y negro de un esqueleto rodeado de rosas, con una corona de ellas sobre su cabeza. “Vimos ese esqueleto y dijimos: ‘Esto dice Grateful Dead por todas partes, tenemos que usar esto”, recordó Mouse en una entrevista con Rolling Stone y agregó que, dada la antigüedad de la obra, esta “parecía bastante libre de derechos de autor”.
Como el libro en el que se encontraba la ilustración no podía ser retirado de la biblioteca debido a su valor, Kelley optó por cortar la hoja y llevársela a escondidas a su estudio, donde hicieron una copia de ella para que posteriormente Mouse le agregara color y las letras ahora icónicas. Después de ser utilizada en el afiche del recital, Jerry García y los suyos decidieron recortar la imagen hasta el cráneo para la portada de su álbum en vivo de 1971 y, desde ese momento, se convirtió en el logo de la banda, usado en distintos objetos de merchandising del grupo.
Mouse, que ahora tiene 81 años y sigue trabajando, se ríe al recordar los orígenes del esqueleto y las rosas de Grateful Dead. “Soy más famoso por algo que no hice”, aseguró, aunque también ha admitido sentirse avergonzado por tomar la obra de manera ilícita. Aún así, actualmente se encuentra en paz con lo ocurrido. “Hace unos años, en una charla en la biblioteca, lo confesé. Todos se rieron. Imagino que Sullivan se está riendo en su tumba”, afirmó.
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